viernes, 2 de diciembre de 2016

El hilo conductor en EF

¡Qué de veces hemos escuchado: "los profes favoritos siempre son los de gimnasia"! o "en vuestras clases se lo pasan bien porque solo jugáis". Por un lado, se me enciende la vena, por otro, nos lo curramos bastante. En Educación Física no solo se juega, en Educación Física se aprende. Y además, se divierten. Igual se debería trasladar el juego al resto de áreas. Seguro que así se divertían más. Seguramente, aprenderían más (o mejor).

En mis clases me ayudo de un hilo conductor. Hace que los niños centren la atención, aumenta el interés, su motivación, también la curiosidad, aparece la emoción y facilita el trabajo. Por supuesto, lleva un trabajo previo y durante la unidad didáctica, pero evitas perder tiempo útil por otras cosas. El maestro se convierte no solo en guía, también en actor.


En la última unidad con segundo de primaria hemos sido agentes secretos. Han tenido que superar un entrenamiento en inteligencia secreta y habilidades motrices para conseguir su placa. A partir de aquí todo eran secretos pues nos habían encomendado una misión. Para llegar al gimnasio nos cerciorábamos de que nadie nos viera: reptábamos, caminábamos de puntillas o muy despacio sin caernos (equilibrio), hacíamos alguna que otra voltereta, asomábamos con cuidado la cabeza para ver si en la sala de profes había alguien... Cada sesión era una aventura. Se complicaba poco a poco. Pasábamos de una planta de la fábrica abandonada a otra hasta que encontramos los explosivos que debíamos desactivar.


Una manera de trabajar acciones motrices individuales y de cooperación-oposición (habilidades motrices básicas, principalmente, lanzamientos) más atractiva para los chicos. De esta manera, encuentran más sentido a lo que trabajamos y lo que aprendemos. Para los niños es más divertido y para los maestros también.


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