Volvemos de navidades y, como ya dije en
el anterior post sobre este tema, era necesario mantener y seguir construyendo
el ambiente de clase. ¡Por cierto! No sólo se autoevalúan sino que, al
finalizar el trimestre, también tuvieron que evaluarme a mi, y digo evaluar, no
calificar. Creo que eso también es algo raro para ellos y algo que nos acerca a
los chavales. Es totalmente anónima a no ser que quieran poner el nombre (todos
los que la realizaron lo pusieron y alguno fue muy sincero). En su autoevaluación,
tenían que terminar con tres palabras o situaciones positivas que hubieran
tenido o que hubieran aportado ellos en las clases. Hay que recordar lo
positivo y hacerles conscientes de ello.
Volvemos de navidad, como decía, así que
me decido por los desafíos físicos cooperativos. Me encantan. No son juegos,
son retos y eso, para secundaria, es genial y más para este grupo. Ya no se
rinden a la primera de cambio, por lo menos lo intentan un par de veces más así
que vamos a ello.
Consigo hace una asamblea en el patio
antes de comenzar (antes las tenía que hacer en clase), les cuento lo que vamos
a hacer y les dejo hacer los grupos a ellos. Pienso, que si los hacen ellos,
eligen ellos, así que, en teoría, trabajarán más a gusto; y lo que busco es que
mejoren las relaciones dentro de clase y que ganen en confianza y seguridad.
Cuando los chavales se comportan con esa chulería es que están hasta arriba de
miedos.
Las sesiones no tienen siempre la misma
estructura: en algunas, lanzo el reto a todos y el grupo que lo supere pasa al
siguiente; en otras, preparo varios retos, uno por estación digamos, y van
rotando (suelo proponer dos o tres más de los grupos que son). Cuando ya han
trabajado en varias sesiones en pequeños grupos pasamos a grupos más grandes
(la unión de dos grupos) y, para finalizar, el grupo entero.
Me sorprendieron, lo vuelvo a repetir. Por
supuesto que no fue maravilloso, pero trabajaron juntos. Normalmente, hablaba
el líder pero, de vez en cuando, se escuchaba a algún compañero susurrar una idea;
otro compañero lo escuchaba y le decía al líder que le escuchara. Como ha
funcionado, le van a tener más en cuenta. Se rinden, muchas veces. Pero ahí
estamos nosotros, para animarles y darles alguna pista porque como se bloqueen
con los primeros retos todo lo que hemos invertido se pierde. Es curioso lo que
nos cuesta lograr un objetivo y lo rápido que se puede perder.
Les entró el gusanillo con los retos. El
vaso ya no se veía medio vacío, sino medio lleno. ¿Sabéis lo que es entrar en
la sala de profesores sonriendo después de una clase con este grupo?
Continuará...