viernes, 12 de junio de 2015

CUANDO TE ENCUENTRAS CON UN GRUPO "COMPLICADO". PARTE III

¡Esto marcha! Y, evidentemente, mi motivación también aumenta. Reconozco que antes se me notaba el día que me tocaba con ellos y más cuando se acercaba la hora… De hecho, ha habido viernes que me han dicho al mediodía: “¡ya es viernes!” y yo responder: “para ti; para mi será viernes a las 16:50h”. Ha sido duro; el primer trimestre fue muy duro. Y tengo que agradecer a muchos de mis compañeros el apoyo (algunos de ellos estaban en la misma situación: también entraban en esa clase) y a mis compis de piso; con alguien tienes que descargar toda la rabia que llevas dentro (y no digo de malas maneras, simplemente, soltar todo lo que no has podido soltar en clase). Pero tengo la suerte de que no me gusta rendirme. Si me pedían fútbol se lo negaba, si me pedían tiempo libre también se lo negaba. “Si hacemos todo lo que hay que hacer os dejo el balón, pero solo si terminamos todo lo que tenemos que hacer hoy” Un par de veces pasó eso. Me dije el primer día que no iba a hacer lo que ellos querían, por muy fuleros que se pusieran, y lo conseguí. Pero, hay que motivarles. Es la clave. Desde mi punto de vista, es la clave.

Nos vamos al tercer trimestre, la súper unidad del tercer trimestre. Puedo recibir muchas críticas por hacer solo una unidad en un trimestre, pero me da igual. Son dos sesiones a la semana, dos sesiones de 50 minutos de los cuales, durante gran parte del curso se me iban más de la mitad. ¿De qué va la unidad? ZANCOS Y MALABARES. En este caso, hablé con su tutor, le dije lo que quería hacer. Ningún problema, tenía su apoyo. Hablé con el equipo directivo para conseguir dinero para el material. Esto costó un poco más pero también lo tuvimos. Hablamos con el carpintero del pueblo para que nos preparara la madera; compramos correas, tornillos, velcro… Sí, no solo íbamos a hacer zancos sino que ellos los tendrían que construir. Esto quiere decir que servidora tenía que hacerse unos zancos y aprender a andar sobre ellos durante las vacaciones de semana santa. Me puse a ello. ¡Mucho más fácil de lo que parece! Así que, después de unas cuantas horas practicando, decidí entrar en clase a por ellos encima de los zancos. Las caras lo decían todo. Y mis nervios también: María, no te caigas ahora, no se te ocurra caerte delante de los chavales, tú puedes, ¡venga! ¡Qué caras! Y mi frase nada más entrar: Pues esto es lo que vamos a hacer este trimestre. La primera reacción: “¿Tú quieres matarnos?” “Yo no me voy a subir ahí” “Vaya hostia nos vamos a meter” “Se le ha ido la cabeza”. Pero eso les duró un momento. Les expliqué cómo iba a funcionar el trimestre. Se enfadaron al saber que los de segundo también iban a hacer la unidad. Y también cuando les dijimos que los zancos que iban a construir se iban a quedar en el colegio. Se les pasó.

Así que nos organizamos. Conmigo empezaron a hacer las bolas de malabares y a aprender a “malabarear” y con mi compi fabricaban los zancos. Utilizaron las mates para sacar las medidas y el material necesario. Mi otro compi de Educación Física y yo tuvimos que entrar en varias de sus clases a echar una mano, especialmente cuando los “manitas” (por no llamarlos manazas” que eran esos chicos que no querían hacer nada en la escuela) empezaron a calcular a ojo las alturas… Lo primero es la seguridad y eso nos crispó mucho. Pero se solucionó. Hubo gritos, de unos y de otros, pero no tenían razón, las cosas hay que hacerlas bien. Hechos los zancos, empezamos a aprender a andar. Una norma muy clara: trabajamos por parejas y quien no haga caso se quita los zancos y no participa en la sesión. Alguno que no la respetó, se sentó, muy enfadado, pero sabía cuál era la norma. Y si quería participar otra vez era muy sencillo: pide perdón y demuéstrame que puedo confiar en ti. Recuerdo a uno que fue ponerse los zancos y empezar a andar… Acabó girando y saltando a la pata coja. Sí, casualmente era uno de los que me la solía liar… Dimos en el clavo: ayudó muchísimo a sus compañeros, se comportó, me pedía permiso, animaba al resto…
 
Y ya sabéis cómo funciono: las cosas se hacen para algo. Así que viendo que les costaba ponerse delante del público pero que estaban encantados con los niños pequeños: CIRCO. Sí, vamos a actuar delante de los pequeños y es obligatorio. Les enseñé los ítems que estaba evaluando en la unidad y la rúbrica con la que iba a evaluar su actuación. No iba a seguirla al dedillo, solo quería que se esforzaran. ¡Se atrevieron todos! Prepararon su número de circo y... ¿Vemos un resumen?

Antes de esta actuación, tuvimos la visita de los alumnos del CEE Gloria Fuertes y aprovecharon a pasarse por nuestra clase. Una pregunta de una profesora: ¿y por qué habéis decidido hacer zancos? Respuesta de la mayoría: porque lo dijo María. Respuesta de otro chaval (de los "complicados"): ¡Qué va! Porque María nos puso un vídeo de vosotros con los zancos y nos animó.

Yo estoy muy orgullosa del trabajo que hicimos. Podrían haber dado muchísimo más, pero viendo cómo empezamos el curso yo lo terminé más que contenta. Y ellos también. Me realizaron la típica pregunta: María, ¿volverás el curso que viene? Y volvieron a realizar una autoevaluación y mi evaluación. Lo dejo para la última parte.

Continuará…

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