martes, 23 de diciembre de 2014

MARIO BROS

Trabajar la expresión corporal en educación secundaria es un reto. Entra en juego, de nuevo, la motivación. Y si no están acostumbrados a trabajarla de forma específica a esta edad creo que hay que ir poco a poco. Otro grupo que no quiere participar en el festival de navidad porque "los de segundo nunca participan, solo presentan". Para mi, creo que mostrar las producciones o los trabajos a compañeros, padres y profesores es fundamental. Así que lanzo varias propuestas y, por fin, damos con la definitiva: la luz negra (aunque sin luz puesto que para estas fechas, si no la tiene el colegio, está imposible conseguirla en el CIFE). Empezamos a trabajar en las clases de Educación Física hasta que, viendo ellos que "mola" lo que están haciendo, deciden realizarlo para el festival. ¡Conseguido!

¿Cómo llevamos a cabo esta unidad? Lo primero, contar con la ayuda de la maestra de plástica puesto que sino o se pierden muchas horas de EF o muchas horas de tu tiempo. Y queremos que, ante todo, sea un trabajo de los chicos. Así que, desde aquí, otra vez muchísimas gracias a Patri por no negarse en ningún momento y querer participar en este proyecto. Lo segundo, trabajar los efectos. No empezamos directamente con la historia que vamos a producir sino con distintas situaciones para pensar cómo se puede hacer y dar rienda suelta a la imaginación. Por ejemplo: un grupo de tres personas tiene que hacernos ver que Superman está volando. Otro ejemplo: entre cuatro o cinco personas representar a Tarzán. La segunda parte fue escribir el guión y, la tercera, ajustar los movimientos a la música y a los compañeros.

CUANDO TE ENCUENTRAS CON UN GRUPO "COMPLICADO". Parte I

Tercera vez que trabajo con alumnos de secundaria. Un grupo a primera vista complicado: desmotivados, muchos repetidores, repetidores que no pueden volver a repetir y que lo saben... Un grupo que está continuamente retándote, que sólo quieren jugar a fútbol o a hockey, chicos muy competitivos, chicas que pasan de la educación física, que insultan a cualquiera (compañeros y maestros), algún chico que no controla su mal genio... Igual quien lo lea piensa: como muchísimos grupos de esas edades. Puede ser. La cuestión era: ¿qué puedo hacer para que participen en las sesiones? ¿Cómo puedo intentar motivar a estos chicos? Y, por supuesto, que haya un mínimo de respeto. Bueno, pues parece que con las combas empezó el cambio (para bien). No sé exactamente qué fue pero el grupo empezó a mostrar más interés. Eso sí, cada paso que daban para bien era muy necesario reforzarlo, cuando alguien se rendía (y eran la mayoría al intentarlo dos veces únicamente) había que estar con ellos para animarles, había que retarles, pero, especialmente, reforzar todo lo que hacían bien, por mínimo que fuera. Discutían continuamente entre ellos, se decían auténticas burradas, se rendían... Pero, al final, lo sacaron adelante. El gran reto para ellos fue actuar en el festival de navidad. Algunos superaron ese "miedo" y otros se negaron en rotundo a hacer "el ridículo". 



Para esta unidad de combas tuvimos que empezar por el principio. Me sorprendió que pidieran las combas en los recreos, que pidieran a otros maestros que les dejaran ensayar en sus clases y que en las últimas sesiones se organizaran sin tener que decirles yo nada, que algunos de los maestros se asomaran por la ventana y les aplaudieran... Tuvieron una primera toma de contacto con público cuando los de primero de primaria pasaron por el patio. Los aplausos de los pequeños y sus caras de admiración hicieron que aumentara la autoestima y la seguridad de estos chicos. ¡Hasta decidieron crear una historia o disfrazarse para la actuación! Algo que, a principio, era totalmente impensable. Os puedo asegurar, que el día del festival estaba yo mucho más nerviosa que ellos, en mi cabeza rondaba una inquietud: si les sale bien, la vuelta será magnífica pero, si fallan continuamente será un paso atrás. Bueno, un grupo falló mucho y el otro lo hizo bien. La vuelta a las clases también fueron bien y tuve que aprovechar ese momento para trabajar el grupo: retos y desafíos físicos cooperativos. En ese momento no salía de mi asombro. Continuará...

Mientras tanto, la actuación de combas: 

MUSICALES

Una de las unidades didácticas que pensé hacer durante este curso fue ¡Fama, a bailar! después de estar en el taller de Roberto Navarro y Sergio Villa en las Jornadas de EF de Teruel. Y esa fue la idea pero la acabé cambiando a los musicales. Última unidad del primer trimestre y que realizaron los niños y las niñas de 1º y 2º de primaria.

Empezamos con juegos para perder la vergüenza, para aprender a reírnos de nosotros mismos, a usar técnicas para crear un clima cómodo en el que todos nos sintiéramos bien y continuamos con las coreografías; todos aprendieron los pasos de todos los bailes. Los padres nos comentaban que los ensayaban en casa todo el tiempo y que ya estaban pensando cómo vestirse. Sobre la imagen, el resultado.